miércoles, 10 de diciembre de 2008

MAESTROS DE LA REPÚBLICA


Memoria de Futuro: Los maestros de la República.

Los militares sublevados contra el régimen democrático instaurado el 14 de abril de 1931, ocuparon la villa de Alburquerque el 17 de Agosto de 1936. Al día siguiente los militares nombraron una Comisión Gestora que tendría la función de administrar la localidad y depurar el ayuntamiento de empleados “desafectos” a la causa de los conspiradores.
El 3 de septiembre, la minuta de esa comisión, dedicaba su atención a los maestros que no se habían incorporado a sus escuelas por “hallarse fugitivos”. El documento menciona a tres: Carmen Delgado Vicente, maestra de párvulos; Francisco Fernández Bravo, maestro de la escuela numero dos; y Felipe Messias Carballo; que era el responsable de la escuela numero uno de este pueblo. Los dos primeros, Carmen y Francisco, estaban casados y trabajaban en Alburquerque desde 1926.
Esos mismos días, las nuevas autoridades pagaron 44 pesetas por obras de albañilería en el Salón del Rosario, habilitándolo para cárcel. Y también en esos días, probablemente desde la vieja ermita, salieran Carmen y Francisco hacia su muerte. La maestra de La Tahona sería inscrita en el registro el 23 de diciembre de ese mismo año: muerta en septiembre a causa del “Movimiento Nacional”. La muerte de Francisco ni siquiera sería anotada en los libros de registro. Pero su muerte no pasaría desapercibida para los vecinos del pueblo.
Al asesinato de Carmen y Francisco hay que añadir también la de un tercer maestro del que tan sólo tenemos la trágica referencia de los libros: Ángel Martín Astudillo, de treinta y ocho años; muerto el 22 de noviembre.

En cuanto a Felipe Messias, no hemos encontrado de momento más referencias a su persona, excepto que en 1932 ya era maestro titular en nuestro pueblo.

El ejemplo de las desapariciones de maestros en Alburquerque no es más que la norma utilizada por los alzados para toda la geografía española. Desde estas páginas, el Colectivo Memoria de Futuro queremos hacer un llamamiento a los vecinos de Alburquerque para que nos ayuden a completar la memoria perdida de estas personas, ya que no sólo su muerte es parte de la historia de este pueblo, lo es también su trabajo con esos niños que hoy ya son ancianos, también su condición de vecinos de Alburquerque. La memoria existe. Es parte de la colectividad. La memoria se construye entre tod@s. Gracias.

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